El viernes 14 de septiembre, fuimos a la playa La Barrosa donde a pocos metros estaba el chalet de mis abuelos. Los primeros que nos saludaron fueron los perros: Noa, Morgan, Quino,Cloe y Pope.
Tal como saludamos a las personas, bajamos a la playa y Paula y Lorena fliparon, aún no se creían que estaban ahí. Nos metímos en el agua y las olas eran de 1,55 metros.
Al día siguiente fuimos a la playa y a Paula se le ocurrió hacer un boquete y enterrarnos. Pero no lo terminamos porque nos cansamos. Así que nos enterramos hasta la mitad del cuerpo. Estuvimos enterradas 40 minutos, porque queríamos que nos llegara el agua. Y cuando llegó el agua al desenterrarnos teníamos las piernas tan dormidas que no podíamos andar.
Después por la tarde-noche fuimos a jugar al padel .
Hicimos juegos y clases de padel.
Pero nos cansamos mucho y nos fuimos al bar.
Y al 3er día fuimos a la playa a coger conchas, encontramos de todo: orejitas, caracolas sombreritos...
¡Nos lo pasamos pipaaaaaa!